LA INTERCULTURALIDAD EN EL PERÙ
La diversidad cultural no es exclusiva de los andes, es una constante de la
historia de la humanidad. Aun así, los antropólogos de campo han recalcado la
gran diversidad de los andes al punto que algunos llegan a decir que en los
andes existen tantas culturas como pueblos y variantes dialectales. Quisieramos
por nuestra parte sugerir que en los andes la diversidad cultural parece ser
mantenida y reforzada conscientemente como una manera de afirmar la identidad
del grupo por diferenciación del otro. La actitud misma de construir la
identidad enfatizando así la diferencia, es sin embargo común a todos y es un
rasgo cultural que los une fuertemente, como los une también la búsqueda y
creación de rituales que afirmen la unidad del conjunto, preservando y marcando
a la vez las diferencias.
Se conoce en la actualidad cada vez más acerca de la manera cómo los andinos han utilizado y utilizan en la producción la gran diversidad de climas, terrenos y especies, aprovechando lo mejor posible la multiplicidad de nichos ecológicos a su disposición. Estamos ante la única gran civilización agrícola que logró avances considerables sobre la base del policultivo en lugar del camino del monocultivo seguido por las demás grandes civilizaciones agrícolas en el orbe.
Para los andinos, producir no es sólo una relación con la naturaleza, es simultáneamente una relación social. El manejo de la diversidad también se evidencia en ese nivel. Las sociedades andinas siempre han dado mucha importancia al desarrollo de instituciones y rituales que hicieran posible que grupos de orígenes geográficos y étnicos muy diversos pudieran convivir, manteniendo identidades propias muy fuertes, pero también intercambiando entre sí y buscando mantener vínculos de buena vecindad con el menor costo en tensiones y violencias.
Los estados andinos lograron expandirse cuando supieron aprovechar las tradiciones de manejo de la diversidad, para mantener una paz basada en un cierto respeto de las autonomías, y una economía que buscaba articular la diversidad en un nivel mayor.
Los conquistadores españoles, por su parte, eran ellos mismos producto de influencias múltiples, aun cuando la España del siglo XVI negara esas influencias, afirmando la "pureza racial": junto con las armas físicas, las armas mentales de la reconquista fueron trasladadas a la conquista de América.
A este gran tronco andino-amazónico originario se suman muchos grupos. Entre ellos destaca el de origen africano, pero también son muchos otros, llegados al país en diversos momentos de su historia y que se han adaptado en formas muy diversas: descendientes de chinos y japoneses, pero también de árabes, italianos, alemanes, y muchos otros, con grados diversos de mantenimiento de la identidad originaria. Son muchos y variados los aportes de todos ellos a las actuales costumbres y actitudes. Más allá de la dureza de la relación colonial y del racismo que de allí deriva, en la sociedad peruana se ha ido forjando también -siempre en medio de ambigüedades- una cierta tolerancia por el otro, por quien es distinto, y un aprecio por diferentes formas de mezcla.
Se conoce en la actualidad cada vez más acerca de la manera cómo los andinos han utilizado y utilizan en la producción la gran diversidad de climas, terrenos y especies, aprovechando lo mejor posible la multiplicidad de nichos ecológicos a su disposición. Estamos ante la única gran civilización agrícola que logró avances considerables sobre la base del policultivo en lugar del camino del monocultivo seguido por las demás grandes civilizaciones agrícolas en el orbe.
Para los andinos, producir no es sólo una relación con la naturaleza, es simultáneamente una relación social. El manejo de la diversidad también se evidencia en ese nivel. Las sociedades andinas siempre han dado mucha importancia al desarrollo de instituciones y rituales que hicieran posible que grupos de orígenes geográficos y étnicos muy diversos pudieran convivir, manteniendo identidades propias muy fuertes, pero también intercambiando entre sí y buscando mantener vínculos de buena vecindad con el menor costo en tensiones y violencias.
Los estados andinos lograron expandirse cuando supieron aprovechar las tradiciones de manejo de la diversidad, para mantener una paz basada en un cierto respeto de las autonomías, y una economía que buscaba articular la diversidad en un nivel mayor.
Los conquistadores españoles, por su parte, eran ellos mismos producto de influencias múltiples, aun cuando la España del siglo XVI negara esas influencias, afirmando la "pureza racial": junto con las armas físicas, las armas mentales de la reconquista fueron trasladadas a la conquista de América.
A este gran tronco andino-amazónico originario se suman muchos grupos. Entre ellos destaca el de origen africano, pero también son muchos otros, llegados al país en diversos momentos de su historia y que se han adaptado en formas muy diversas: descendientes de chinos y japoneses, pero también de árabes, italianos, alemanes, y muchos otros, con grados diversos de mantenimiento de la identidad originaria. Son muchos y variados los aportes de todos ellos a las actuales costumbres y actitudes. Más allá de la dureza de la relación colonial y del racismo que de allí deriva, en la sociedad peruana se ha ido forjando también -siempre en medio de ambigüedades- una cierta tolerancia por el otro, por quien es distinto, y un aprecio por diferentes formas de mezcla.
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